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Muchas veces pensamos que solo los electrodomésticos grandes generan residuos electrónicos, pero la realidad es que los aparatos eléctricos y electrónicos pequeños también son RAEE. Identificarlos y gestionarlos correctamente ayuda a proteger el medio ambiente y evita la acumulación de residuos peligrosos en casa.
Aunque pasen desapercibidos, varios objetos del hogar son considerados RAEE cuando finalizan su vida útil, más allá de los grandes electrodomésticos:
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Mandos a distancia y controles electrónicos: televisores, equipos de sonido, aire acondicionado.
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Cargadores y adaptadores viejos: de móviles, tabletas, portátiles y cámaras.
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Relojes digitales y despertadores eléctricos
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Pequeños electrodomésticos: batidoras, planchas, secadores, tostadoras.
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Juguetes electrónicos: robots, consolas portátiles, luces LED con baterías.
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Bombillas LED o fluorescentes que contienen componentes electrónicos.
Identificar estos objetos es el primer paso para separarlos y darles el destino adecuado.
Cómo revisar y separar tus RAEE
1. Haz un inventario de aparatos antiguos
Revisa cajones, estanterías, garajes y armarios en busca de aparatos que ya no uses o que estén averiados.
2. Clasifica según tipo
Agrupa los RAEE por categoría: baterías y pilas, pequeños electrodomésticos, aparatos electrónicos y bombillas. Esto facilita su posterior entrega a puntos de recogida.
3. Almacenamiento seguro
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Guarda los aparatos en un lugar seco y fuera del alcance de niños.
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Mantén las baterías y pilas separadas en recipientes seguros para evitar fugas.
4. Preparación antes de reciclar
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Desconecta todos los aparatos de la corriente.
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Retira pilas o baterías si es posible.
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Asegúrate de que no haya restos de líquidos o alimentos en electrodomésticos de cocina.
Una vez identificados y clasificados, lleva tus RAEE a los puntos de recogida de RAEE. Allí se encargan de reciclarlos o darles un tratamiento seguro, evitando la contaminación y recuperando materiales.