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Los RAEE son una fuente de minería urbana de gran ayuda para el planeta

¿Sabías que te puedes convertir en un minero sostenible en tu propia ciudad o municipio? Sí, cada vez que depositas un aparato eléctrico o electrónico en un punto de recogida autorizado, estás participando en una auténtica revolución sostenible: la minería urbana. Con cada móvil, ordenador o electrodoméstico que reciclamos, ayudamos a recuperar metales y a proteger los recursos naturales.

Este concepto consiste en extraer minerales de los residuos tecnológicos, los conocidos como RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos). Gracias a estos procesos, metales como el oro, la plata o el cobre pueden tener una segunda vida, con la consecuente disminución que supone su extracción de minas naturales. 

Una forma sencilla y cotidiana para recuperar metales sin abrir una mina

La minería urbana permite reducir la manipulación humana de los ecosistemas naturales. De ese modo, se contribuye a que el consumo energético, el uso de recursos hídricos y las propias emisiones asociadas a la minería convencional disminuyan. Todo ello, favorece la economía circular, ya que reincorpora al ciclo productivo muchos materiales que contienen estos RAEE. Así, se implementa el impulso de una industria más eficiente y menos dependiente de los recursos vírgenes.

Así que, tomar esta idea en consideración, permite que cada televisor, lavadora o cargador en desuso sea una pequeña mina urbana. La gestión optimizada de estos recursos contribuye a preservar los entornos naturales y, por supuesto, a reducir la contaminación ambiental.

Un gesto noble con un impacto global

Ser partícipes de esta nueva forma de minería es una acción que cualquier persona puede llevar a la práctica efectiva. En tal caso, entregar correctamente los RAEE en los puntos limpios o en los comercios adheridos contribuye a que los materiales se separen, traten y reutilicen de manera adecuada. Es muy positivo que la ciudadanía se convierte en protagonista de un modelo de sostenibilidad real, donde el residuo deja de ser un problema para convertirse en una oportunidad.

En resumen, la próxima vez que recicles un móvil o un pequeño electrodoméstico, recuerda: estás ayudando a extraer metales de forma eficiente. Serás un auténtico minero urbano sin dañar nuestro planeta.