Cuando un teléfono móvil o un ordenador llega al final de su vida útil, suele verse como un residuo electrónico, un RAEE (Residuo de Aparato Eléctrico y Electrónico). Sin embargo, en su interior contienen materiales que pueden volver a utilizarse en la fabricación de nuevos productos. El reciclaje de RAEE no es solo una forma de gestionar residuos, sino una estrategia clave dentro de la economía circular y la sostenibilidad.
Recuperar materiales de los RAEE permite disminuir la extracción de recursos naturales, reducir el consumo de energía y generar un ciclo de producción más responsable. Cada dispositivo depositado correctamente es una contribución directa a un modelo económico más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Más allá de la basura: materiales que se aprovechan de nuevo
La minería tradicional para obtener metales requiere gran consumo de energía, genera residuos y supone un fuerte impacto ambiental. En cambio, al reciclar los RAEE se pueden recuperar esos mismos materiales de forma más eficiente y sostenible, para incorporarlos a nuevos procesos de producción.
- Metales como oro, plata y platino
Un teléfono móvil puede contener pequeñas cantidades de metales en sus circuitos. Aunque son mínimas en cada dispositivo, el reciclaje permite que vuelvan a entrar en la industria tecnológica sin necesidad de extraerlos de la naturaleza.
- Cobre y aluminio
El cobre está presente en cableado, circuitos impresos y motores eléctricos; el aluminio en carcasas y componentes. Ambos pueden reaprovecharse para fabricar nuevos aparatos.
- Plásticos reciclables
Los RAEE también incluyen plásticos de alta calidad que, una vez separados, se convierten en materia prima para producir mobiliario, piezas industriales o componentes de nuevos dispositivos. Así se disminuye la dependencia de recursos derivados del petróleo.
El proceso de transformación: de residuo a recurso
En las plantas de reciclaje autorizadas, los RAEE se desmontan y clasifican en plásticos, metales, vidrios o baterías. Mediante procesos específicos, cada material se prepara para volver a la cadena de producción, cerrando el ciclo y favoreciendo un modelo económico más sostenible.
Desde RAEE Andalucía se fomenta el reciclaje de estos residuos, facilitando que los materiales de los aparatos eléctricos y electrónicos vuelvan a convertirse en recursos. Cada dispositivo depositado en un punto limpio o en un comercio adherido contribuye a reducir la contaminación, ahorrar energía y fomentar la economía circular en nuestra región.